jueves, 15 de febrero de 2007

CAIN, ABEL Y LA ARQUITECTURA

La primera separación de la humanidad entre nómadas y sedentarios traería como consecuencia dos maneras distintas de habitar el mundo y , por tanto, de concebir el espacio. Existe un convencimiento generalizado de que mientra los sedentarios- en tanto que habitantes de la ciudad- deben ser considerados como los "arquitectos" del mundo, los nómadas- en tanto que habitantes de los desierto y los espacios vacíos- deberían ser considerados como "anarquitectos", como experimentadores aventureros y, por tanto, contrarios de hecho a la arquitectura y, en general a la transformación del paisaje.
Sin embargo, quizás las cosas sean mas complejas. Si revisamos el mito de Cain y Abel en clave arquitectónica, podremos observar que la relación que instauran el nomadismo y el sedentarismo con la construcción del espacio simbólico surge, por el contrario, de una ambigüedad originaria. Tal como puede leerse en le Génesis, tras una primera división sexual de la humanidad- Adán y Eva- sigue, en segunda generación una división del trabajo y , por tanto, del espacio.

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Los hijos de Adán y Eva encarnan las dos almas en que fue dividida, desde sus inicios, la estirpe humana: Cain es el alma del sedentarismo, Abel es el alma nómada. Por deseo expreso de Dios, Cain se habría dedicado a la agricultura, y Abel al pastoreo. De ese modo Adán y Evan dejaron a sus hijos un mundo repartido equitativamente: a Cain le correspondió la propiedad de toda la tierra y a Abel la de los seres vivos.
los padres, sin embargo confiando ingenuamente en el amor fraterno, no tuvieron en cuenta el hecho de que todos los seres vivos necesitaban la tierra para moverse y, sobre todo que también los pastores la necesitaban para alimentar a sus rebanos. Así pues, tras una disputa, Cain acuso a Abel de haberse extralimitado y, como todo el mundo sabe, lo mato, condenándose a si mismo a la condición de eterno vagabundo a causa de su pecado fraticida: "Cuando labres la tierra, no te dara frutos, y andarás por ella fugitivo y errante".
Según las raíces de los nombre de los dos hermanos, Cain puede ser identificado con el homo faber, el hombre que trabaja y se apropia de la naturaleza con el fin de construir materialmente un nuevo universo artificial, mientras que Abel, al realizar a fin de cuentas el trabajo menos fatigoso y mas entretenido, puede ser considerado como aquel homo ludens el hombre que juega y construye un sistema efímero de relaciones entre la naturaleza y la vida. Sus distintos usos del espacio corresponden de hecho a unos usos del tiempo también distintos, resultantes de la primera división del trabajo. El trabajo de Abel, consistía en andar por los prados pastoreando sus rebanos, constituía una actividad privilegiada comparada con las fatigas de Cain, quien tenia que estar en el campo arando, sembrando y recolectando los frutos de la tierra. Si la mayor parte del tiempo de Cain estaba dedicada al trabajo, por lo cual se trataba por entero de un tiempo útil-productivo, Abel disponía de mucho tiempo libre para dedicarse a la especulación intelectual, la exploración de la tierra, a la aventura, es decir, al juego:un tiempo no utilitario por excelencia. Su tiempo libre es por tanto ludico , y llevara a Abel a experimentar y a construir un primer universo simbólico entorno a si mismo.
La actividad de andar a través del paisaje con el fin de controlar el ganado dará lugar a la primera mapacion del espacio y, también, a aquella asignación de los valores simbólicos y estéticos del territorio que llevara al nacimiento de la arquitectura del paisaje. Por tanto de la obra.
Resulta interesante observar que, tras el fraticidio, Cain sera castigado por dios al vagabundeo. El nomadismo de Abel deja de ser una condición privilegiada y se convierte en un castigo divino. El error fraticida se castiga con el errar sin patria.
las dos familias en que se divide el genero humano viven en dos espacialidades distintas: la caverna y el arado que cava su propio espacio en las viseras de la tierra, y la tienda colocada sobre la superficie terrestre sin dejar en ella huellas persistentes. De estas dos maneras de habitar la tierra se corresponden con los dos modos de concebir la propia arquitectura una arquitectura entendida como la construcción física del espacio y la forma, contra una arquitectura entendida como percepción y construcción simbólica del espacio.
Si observamos los orígenes de la arquitectura a través del binomio nómadas-sedentarios, parece como si el arte de construir el espacio- es decir, eso que suele denominar "arquitectura"- haya sido en su origen una invención sedentaria que evoluciono desde la construcción de los primeros poblados agrícolas a la de las ciudades a los grandes templos.
Según la opinión mas común, la arquitectura habría nacido a partir de la necesidad de un "espacio de estar", en contra posición al nomadismo, entendido como "espacio del andar".
En realidad, la relación entre la arquitectura y nomadismo no puede formularse simplemente como "arquitectura o nomadismo", sino que se trata de una relación mas profunda, que vincula la arquitectura al nomadismo a través de la noción del recorrido. En efecto, es muy probable que fuese mas bien el nomadismo y, mas exactamente, el errabundeo, lo que dio vida a la arquitectura, al hacer emerger la necesidad de una construcción simbólica del paisaje. Todo ello comenzó antes del nacimiento del mismo concepto de nomadismo, y se produjo durante los errabundeos ínter-continentales de los primeros hombres del paleolítico, muchos milenios antes de la construcción de los templos y de las ciudades...




walkscapes el andar como practica estética

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